martes, 14 de enero de 2014

En el país de los ciegos, el tuerto es el Rey.


Cae como una bomba en la prensa Digital la noticia de que una de las personalidades más mediáticas relacionadas con la Izquierda, se presenta en una lista a las Elecciones Europeas. y que lo hace al margen de IU. Evidentemente estoy hablando de Pablo Iglesias.

http://www.publico.es/politica/495077/pablo-iglesias-dispuesto-a-presentarse-a-las-elecciones-europeas

Quiero dejar claro desde un primer momento, que conozco vagamente a Pablo. Si no es por los pequeños cortes que las personas a las que tengo en mis redes sociales van colgando en ellas. Una vez dicho esto, diré que el objetivo de esta entrada, no es el defender el que esta persona debería ir en la candidatura de IU (candidatura que me representará al votar yo ICV-EUIA, por ser las Elecciones al Parlamento Europeo de circunscripción estatal).
El caso, es que leyendo las críticas que otras muchas personas que reconozco como militantes y de dirección de IU o de EUIA, hoy critican a Pablo al saber de su decisión. Lo acusan de ególatra, de representarse a si mismo etc (y no dudo que lo haga o lo sea). Pero como es habitual en la sociedad es mas fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la biga en el propio. Y  aquí es donde quiero detenerme, para hacer un pequeño análisis. Porque me suena la música y no me gusta la canción. Y es que no es la primera vez, que cuando quienes se consideran referentes de la izquierda política o social, deciden hacer algo al margen de nosotrxs. Nos enfadamos tildando su actitud de exclusiva y por tanto excluyente. Pero mi pregunta es ¿Somos nosotrxs inclusivxs? ¿Miramos nuestro ombligo, a la hora de acusar de ego a otras personas? Ejemplos y frases podría poner muchas, pero las que mejor lo definen serían :

-Ahora va a venir a mi una monja o lxs nacionalistas pequeñoburgueses a darme lecciones y decirme lo que la izquierda necesita.

Y es esto lo que me preocupa, pues siempre estamos esperando a que se nos acerquen las personas que cogen cierto bombo mediático entre la izquierda, como si nos necesitasen para poder continuar con sus luchas (que en muchas ocasiones empezaron sin nosotras y en las cuales hasta es posible que les diéramos soporte). Ninguno de los sujetos en cuestión somos capaces de entender, que la necesidad es recíproca. pero es que además, necesitamos a otra mucha más gente y esa gente nos necesita a todxs nosotrxs. Prueba de nuestro ego, en ese sentido es que nos extrañamos que no vengan a nuestra falda a pedirnos cobijo y ayuda para continuar con sus proyectos, que ya han quedado con poco espacio. ¿Y porque habrían de hacerlo si nosotrxs no lo hacemos al revés? ¿Porque nos creemos mejores que esas personas? ¿Porque somos más y hemos conseguido unas poquitas más de cosas?
Porque lo que realmente necesitamos toda la población mayoritaria del mundo, es de una cosa llamada UNIDAD. El caso, es que para que pueda darse esta unidad, debemos fundirnos en una sola cosa. Y para eso primero hay que desunirse de lo antiguo. Sin miedo. Porque el miedo nos hace que prefiramos ser el tuerto en el país de los ciegos.
En lugar de ofrecernos de forma mutua para un interés común, pretendemos hacerlo desde la posición que cada cuál tiene en ese momento. Negociar desde nuestros cortijos, para intentar siempre que ganen las ideas. Pero las nuestras, no las mejores.
Creo realmente, que mentimos cuando hablamos de buscar la confluencia. Porque como ayer le oía decir a un amigo, ¿tenemos la madurez suficiente para abrirnos a confluir? ¿O empezaremos un proceso de confluencia, pero a la hora de decidir volveremos a lo de ver quien la tiene más larga? ¿O daremos un paso necesario para todos y todas, que será ceder algo en lo identitario, para ganar en lo colectivo? Sinceramente espero que si.
Porque cuanto mas tiempo participo en movimientos políticos y sociales, me doy cuenta que hay con mucha gente con la que soy capaz de ponerme de acuerdo y con la que coincido en una parte importante de las cosas. Es en esas cosas que coincido en las que debo centrar mi trabajo y no en las que me diferencian de esas personas.
Solo la capacidad de retroceder un paso, nos puede hacer avanzar dos. Solamente así podremos pasar de disputarnos las migajas, a comernos todo el pan.